domingo, 17 de marzo de 2013


La ves. La conoces. Idealizas. Te presentas. La oyes. Tiene la voz más aguda de lo que pensabas, pero está bien. Sonríe. Dientes bonitos. Casi perfectos. Pelo largo. Uñas mal pintadas. Idealizas. Habláis. Habláis. Habláis. Sólo piensas en hablar con ella. Las expectativas siguen altas. Además escribe. Joder. No lo hace mal. Joder. La lees. La relees. En su último texto habla sobre alguien nuevo. Buscas tu nombre entre las líneas. Te encuentras. Te lo niegas. ¿Por qué iba a escribir sobre mí? No seas egocéntrico. Pero sí, era sobre mí. Escribes sobre ella. Más obviamente  que ella para que lo sepa seguro. Joder, que obvio me ha quedado. Seguro que lo lee y huye. Lo lee. No huye. Dice que le gusta. Habláis. Ya te imaginas todo el futuro. Casarse no, pero hijos...Tengo que pensar nombres. Bueno da igual, ya decidirá ella si eso. Le cuentas algo sobre tu anterior chica para ver cómo reacciona. Dice que ojalá os vuelva a ir bien, que donde hubo fuego siempre queda no sé qué. Mierda. Me quiere como amigo. Está siendo falsa. Falsa que eres, joder. Por lo menos arquea una ceja o muestra algún tic de celos. Yo qué sé. Serás zorra. Ojalá tuviese celos, pero no. Pasa de mí, le importa una mierda a quién me follo. Bueno, la veré como amiga. No pasa nada. Pero, ¿para qué cojones quiero más amigas? Pasa un tiempo. Pasas de ella un tiempo. Te busca. Recuerdas ciertas cosas. ¿Y si estaba siendo falsa? Quedáis. Hay tensión. De la buena. Le entras. Hace la cobra. Ni te enteras. Menos mal. ¿Película? Tumbados. Se abraza. Te mueves. Se acerca. Te mueves. La aprietas. Te giras. Se gira. Beso. No dices te quiero para no asustarla, pero joder, la quieres. De la mano. Caras de tontos. Besos por la ciudad. La ciudad parece París. Llamadas que duran toda la noche con te quieros que se caen de la boca. Se hacen cortas. Ñoñeo. Ni te reconoces a ti mismo. Regalitos. Mariposas en el estómago. Despertar y dormir pensando en ella. Pero nada serio eh. Está claro por las dos partes. Clarísimo. Esta vez quizá no haya que huir. Todo bien. Todo bien. Todo bien.



Mal. Todo mal. Fatal. Demasiada calma. Me aburro. Me aburres. Aparecen los primeros defectos. Recuerdas por qué huiste otras veces. A la mierda las expectativas. Quiero quedar. No, hoy no, que no me apetece. Ah, muy bien eh. Parece que haya que hacer las cosas por obligación, coño. No, si no quieres, pues nada. Vale. Te cansas. Por qué no me llamaste ayer. No me agobies, anda. Quiere tener algo más. Pregunta que hacia dónde va todo esto. Hacia mal sitio si sigues así. No es como le idealizaste. Intentas cambiarle. No cambia. Intenta cambiarte. ¿Qué coño intenta? No pienso cambiar por él. Llamadas de 5 minutos con te quieros automáticos al final. Se hacen eternas. Hay tensión. De la mala. Celos irracionales. Putos celos. Ojalá no hubiese celos. Discusión. Te grita con su mierda de voz grave. Gilipollas. Cerdo. Estúpido. Imbécil. Vete con tus amiguitos. Reconciliación. Unos días bien. Más discusión. Drama. Discusión por toda la ciudad. Peleas en baños. Borracheras. Gritos. Reproches. Cada uno por su lado. Conoces a otro mientras. Volvéis. Nota algo. Celos con razón. Putos celos. Déjame en paz. Mierda de París. Piensas en el otro. Sueñas con el otro. Le idealizas. Les comparas. Comparaciones. Odiosas. Inevitables. Él se convierte en el otro. Escribe sobre el otro. Que tiene él que no tenga yo. Todo. Te lías con el otro. Total, no tienes nada serio. Si lo tienes, coño. Se entera. Lo siento. Joder. Lo siento. No pretendía hacerte daño. Te quiero pero. No te merezco. No eres tú. Pero yo te quiero. No lo haga más difícil. Huida. Te echo de menos. Adiós.

—Te quiero.
—Te romperé el corazón —respondió arañando la tierra que la sostenía.
—Quizá yo te lo rompa.
—No, nadie puede, mi amor.
—Estoy cansado de tus caprichos, de que seas la niña de la sonrisa indescifrable, de que me mires y que desprendas un “nunca llegarás a conocerme” con solo una mirada. Porque sí te conozco. Tú me quieres, lo sé. Porque cada vez que algo te asusta o cuando te estás enganchando a alguien, huyes o te follas a otro para hacerte creer a ti misma que no perteneces a nadie, que eres libre. No pueden romperte el corazón porque ya lo tienes roto de tanto daño que te haces a ti misma fingiendo ser quien no eres, callándote el dolor que te mata por dentro. Yo te quiero, sé valiente, no te vayas otra vez.

Por pedir, pido veinticuatro horas a tu lado en las que nos de tiempo a todo menos a perder el tiempo. Por pedir, pido que me baste ese día para convencerte de querer estar conmigo para el resto de tus días. Por pedir, pido y preciso que exista un preciso momento, en el que se te escape un beso cuando menos te lo esperes, y cuando más lo lleve esperando yo. Por pedir, te pido en una tarde lluviosa, dentro de una casa sin gente, sobre un sofá sin cojines (para que sólo puedas abrazarte a mí), enfrente de mi película favorita... Bueno, si quieres enfrente de tu película favorita... Bajo una manta que haga de telón tras el que actúen nuestras manos; marionetas manejadas por los verdaderos sentimientos. Me pido entonces tus dedos acariciando mi brazo, y mis cosquillas jugando al escondite con ellos.

Por pedir, pido dar un paseo al mismo paso, frenarnos en seco de repente, y mojarnos los labios sin que nos vea la gente. Pido, mientras caminamos por cualquier calle, llevarte y traerte al contarte cualquier estupidez, agarrando con mi mano tu brazo, como si de un acordeón te tratases, y tu risa fuese la mejor de mis melodías. Por pedir, pido pararnos unos segundos ante cualquier escaparate, continuar andando, y que, momentos después, me preguntes cuánto costaba ésta o aquella cosa. Entonces me pido contestarte que no lo sé, que no me fijé, porque lo único que he sido capaz de ver en el cristal ha sido tu imagen reflejada, y aquello... no tenía precio.

Por pedir, pido que me acompañes hasta el andén en el que días más tarde me estés esperando, y que mientras llega el autobús me mires con ojos tristes a la cara, aproveches mi distracción para agarrar fuerte con tus dos manos mi cinturón, en un intento por no dejarme ir, y me hagas perder todo menos la sonrisa. Por pedir, pido un café caliente mientras espero al siguiente autobús, colocar las manos alrededor de la taza, apretando con todas mis fuerzas para captar el calor, y que tú, de un plumazo, con un movimiento rápido, de esos que no dejan tiempo para invertir en especulaciones, me eleves la temperatura de todo el cuerpo.

Por pedir, pediría siete mil peticiones más, alargaría la lista hasta quedarme sin papel, y lo reciclaría para seguir pidiendo; para seguir pidiéndote...
Por pedir, me pido sorprenderte... que te dejes sorprender... que te guste que te sorprenda.




jueves, 14 de marzo de 2013


Amores taxidermistas, que matan, ahogan y disecan todo aquello por lo que un día se enamoraron de ti. Amores carceleros, que pretenden que, además, jamás vuelvas a ver la luz del sol. Amores placebo, que intentan hacerte creer que sin ellos estarías mucho peor de lo que viniste. Amores republicanos, que si no estás con ellos, estás contra ellos.
Amores demócratas, que solo parecen triunfar donde los demás la cagan. Amores perros, incapaces de superarse a sí mismos. Amores taja, que sirven mientras ayuden a olvidar. Amores puente, que sólo te preparan para la siguiente relación. Amores escaparate, que varían según tendencia y temporada.
Amores alfombra, que ocultan aún más mierda de la que se ve. Amores cómoda, orgasmos fingidos a partir del tercer cajón. Amores de primera, siempre con segundas.
Amores en oferta, sólo hasta fin de mes.
Quererse mal y pronto. Quererse tanto por tan poco. Quererse mucho sin ser feliz.
Que coño, quererse al fin y al cabo.


-¿Vas a soltarlo de una vez o qué?
-¿Puedo invitarte a salir?
- ¿Me pides permiso?
- Sí... Supongo que sí.
- ¿Qué tienes pensado que hagamos?
- Pues, te invitaría al cine, o a un concierto. Podríamos ir a comer una pizza o un helado. Si quieres también podemos dar vueltas por aquí mientras bebemos un refresco. Luego te acompaño a casa no te preocupes.
-¿No vas a besarme?
- Bueno... yo no, o sea sí. Bueno no sé.
-Entonces no voy.
-Está bien, entonces te besaré.
- ¿Cómo?
- Pues te contaré algo gracioso y nos reiríamos. Después habrá uno de esos momentos en los que parece que pasa un ángel porque nadie dice nada y me acercaré más a ti. Te apartaré el pelo y te acariciaré la mejilla. Todo esto mirándote a los ojos, claro. Dirás cualquier idiotez de esas que solo tú sabes decir cuando estas nerviosa y entonces te besaré.
-¿A qué hora has dicho que venias a buscarme?


Las personas complicamos mucho las cosas. ¿Echas de menos a alguien? Llama. ¿Quieres quedar con alguien? Invita. ¿Quieres que te entiendan? Explícate. ¿Tienes dudas?  Pregunta. ¿No te gusta? Habla. ¿Te gusta? Habla más. ¿Tienes ganas? Hazlo. ¿Quieres algo? Pídelo, es la mejor manera de empezar a merecerlo.
El "NO" ya lo tienes, solo corres el riesgo del "SI". ¡La vida solo es una!


Alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos. Que me rompa las medias con la boca, y luego me compre otras. Que me haga el amor contra la pared y se meta conmigo en la bañera. Que se pierda conmigo para después rescatarme de laberintos sin sentido. Que saque la espada y me defienda de víboras y pirañas. Alguien que cosa disfraces a mis días malos y los convierta en buenos. Que no se enfade si no me entiende, si no me entiendo y lo mareo. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Que no dé por hecho que siempre voy a estar ahí, pero que tampoco lo dude… Que no me haga sufrir porque sí, pero que no me venda amor eterno manoseado. Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no me compre con regalos, pero que tenga mil detalles de papel. Alguien con el que me pase las horas charlando sin llegar al aburrimiento. Que no le guste verme llorar y me haga reír hasta cuando no tengo ganas. Que de vez en cuando decida perseguirme en los bares y conocerme otra vez. Que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio. Alguien que esté loco por mi, y que no me lo diga solo los días de resaca. Alguien que no me prometa futuros que me dará y sea el día de hoy lo más importante. Alguien que me eche de menos antes de haberme ido. Que si se pone animal, sea solo en la cama, y me mate a besos por la mañana. Que no se acostumbre a mí y no deje de inventar nombres nuevos para despertarme. Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de hojalata… Alguien que esté dispuesto a intentarlo. Pero sobre todo… Alguien que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.



''Eres, mi lugar preferido, donde quedarme a vivir''