martes, 27 de marzo de 2012

Algunas veces las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta, de que esto pasa por que debe de ser así. Llegan para servir un propósito, para enseñarnos una lección, para ayudarnos a descubrir quiénes somos en realidad, y para enseñarnos todo aquello que deseamos alcanzar, y todo lo que deberíamos dejar pasar. No sabes quiénes son hasta que fijas tus ojos en ellas, pero es entonces cuando sabes y comprendes, que te cambiarán la vida.

Cosas que se quedan a medio camino, entre un quizá y un no pudo haber sido. Dudas que se quedaron flotando entre las manos, como todos aquellos susurros a media luz, como todas aquellas noches que se perdieron entre el humo de algún bar, y las luces tristes de la ciudad que se iba durmiendo. Instantáneas fugaces que iluminan tus ojos y te sacan sonrisas incluso cuando no quieres recordarlas. Ojalá todo fuera tan fácil como en el colegio. Te enseñaban una cosa y al final aprendías que la práctica era tan sencilla como aplicar la teoría. En la vida real nos hacemos millones de planteamientos, llegamos a conclusiones de lo que está bien y lo que está mal, lo que nos hace daño y nos impide descubrir nuevas fronteras, o aquello que representaría una felicidad casi asegurada. Pero a la hora de la verdad todo se viene abajo, y son los impulsos los que deciden por donde debemos seguir, son los engaños que se nos van metiendo en la cabeza los que guían nuestros pasos, y llega un momento en que ni te acuerdas de si estaba bien o estaba mal, si dolía o te hacía suspirar.


``¿Y como no te voy a querer con esa cara?´´

Y no hay más que darse cuenta, si cuando me duermo te presentas ¿Por qué no vienes conmigo y te sientas?

No pienses en mí. Preocúpate de que lleguemos temprano a la oficina, de que hoy tiene que ser un gran día. Y de que el pan esté listo por la mañana, sea como sea. Preocúpate de que seamos competitivos. Vas a necesitar mucha fuerza ahí fuera, lo sabías ¿no?. Preocúpate del examen que se nos viene encima, y de que luego nos de tiempo para salir a tomar algo. Son tiempos duros, pero no tanto como nosotros. Así que no pienses en mí o en ti, sino en algo mucho más grande. 
Piensa en todo lo que podemos hacer juntos.






LIKE A BOSS.

lunes, 19 de marzo de 2012

Nadie en el transcurso de la historia ha conseguido explicar que es el amor, pero algunos consideran que se puede morir de el. Cuando se quiere demasiado a alguien el resto del mundo simplemente se configura como un simple decorado que sería totalmente prescindible. Necesitar a alguien, quererle, es lo mejor que nos da la vida, y es que nos guste o no, todos somos somos frutos del amor. El amor puede durar un instante o toda una vida porque hay amores de una vida con la intensidad de un segundo, y amores de un segundo, que duran toda la vida. 

Si existiera la manera de volver atrás, nadie seguiría adelante. 

Desde el día que le vi por primera vez supe que o me casaba con el o me metía a monja.


¿Has visto que egoístas nos volvemos cuando estamos solos? Espero que tu novio el médico tenga cura para el egoísmo, ¿tú crees que nos enamoramos sólo para no estar solos? ¿A dónde irán los sueños cuando no los conseguimos?, porque a algún sitio tienen que ir. Aunque creo que al final los sueños no son más que una excusa, pero una excusa muy gorda; son la excusa para vivir. Por eso a veces también se convierten en la mirada nostálgica de lo que nunca fuimos; ¡Que putada! Asumir que nunca serás lo que siempre deseaste, ni esperarlo siquiera, ¡joder! Deseo, deseo, deseo, deseo… Quiero con todas mis fuerzas ser feliz, y con eso hacer un poquito felices a los que me rodean, eso es lo que siempre quise.


P.D: Hola soy tu conciencia y necesito que vengas, serán solo 5 minutos o la vida entera, eso lo decides tu, pero ven. 

La continuidad está sobrevalorada. Cuarenta años de matrimonio, doce meses en china, diez años de contable jefe, seis estudiando francés. Pero no te engañes. Durar mucho haciendo algo no siempre es bueno. Y si no, mira la dictadura de Franco, cualquier monopolio, Ana Obregón o el Gran Prix de Ramón García. 


Cuando un hombre se casa por segunda vez, es porque adoraba a su primera mujer.