viernes, 21 de enero de 2011
Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Sólo quiero que sepas que no te escribo esto porque no pueda dejar de pensar en ti, en absoluto. Lo hago para que seas tú el que te des cuenta de que te encanta pensar en mi. Se que lo haces. No lo nieges. Y se que sonríes cuando lo haces, más te vale. ¿Sabes qué? En el fondo te quiero. Muy en el fondo. Aunque supongo que si te estoy escribiendo esto es porque ''te quiero'' más de lo que debería. Que te jodan.
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